CEPÍLLATE LOS DIENTES: con ello envías el mensaje a tu mente de que ya has comido. El sabor a menta en la boca consigue el mismo efecto (chicle, caramelo...)
PASEA: aunque sea una vuelta a la manzana. Un poco de ejercicio y un cambio de escenario hacen milagros. ¡También en tu mente!
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